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martes, 12 de junio de 2018

El ángel sobrio


Ahora se cumplen 38 años de la muerte en Roma de Ángel Sanz Briz, embajador español en Budapest, uno de los héroes más sobrios de la II Guerra Mundial.
Salvó a más de 5.200 judíos de una muerte segura en los campos de exterminio.
Empezó su tarea casi en solitario y se puso en contacto con las redes de iniciativa hebrea de salvamento para el pueblo judío. La diplomacia española de entonces había cambiado su precaución inicial por el apoyo a su tarea, pero el diplomático tuvo que debatirse entre las SS, la Gestapo, los Cruciflechados… más celosos del exterminio, si cabe, que los nazis alemanes. Empezó a proteger a los niños, luego a los judíos sefardíes y finalmente a todos los judíos que pudo intentando confeccionar documentación española en la que se justificaba (inventaba) que eran todos sefardíes, o sea, de origen español y españoles de pleno derecho basándose en el decreto promulgado en diciembre de 1924 por el régimen de Miguel Primo de Rivera. Pero como en Hungría casi no había sefardíes tuvo que construir una ficción sobre las relaciones de los sefarditas en toda Europa. 
Posteriormente, Sanz Briz apenas hizo ninguna declaración de su extraordinaria labor. Nunca se exaltó a sí mismo. No habló del peligro que corrió y de la violencia y el horror en el que tuvo que trabajar con solvencia y sin descanso. Salvó a 5.200 personas de una muerte segura. Un héroe sobrio.