Mozart; broma y melancolía.

Esta obra menor del lucero de Salzburgo engancha por su extravagancia. La persistencia tonal, la repetición bromista en forma de recapitulaciones obsesivas, el eco desmayado superpuesto que impugna sarcástico el fraseo, el capricho obstinado de las cuerdas con extensos bordones de los elegantes cobres de caza, sus frases desvanecidas… Es un divertimento parodia de lo popular, y es algo ceñudo, porque aquí hay casi tanta nostalgia como sátira. Una nostalgia oculta en la broma que mira de reojo un mundo que se acaba y desaparece. Como si Mozart adivinara la pronta disolución de las formas musicales (y no sólo musicales) y les dijera adiós, a la vez entreteniendo al personal y burlándose del mismo, mientras él, genio artístico tocado por la melancolía, echa una lágrima… sin que se note apenas. Qué grandeza la de estos creadores descomunales.

Gómezdaviliana (XXVII)

Final de Roma y principio de la Iglesia:

"La Iglesia católica fue la creación postrera del patriciado romano."

Cultura y turismo:

"En este siglo de muchedumbres trashumantes que profanan todo lugar ilustre, el único homenaje que un peregrino reverente puede rendir a un santuario venerable es el de no visitarlo."

...(Cuánta razón… Este verano hice un peregrinaje por venerables santuarios pirenaicos. El encuentro con familias pedorras en busca de cultura casi arruinó del todo mi disfrute. Digo lo de pedorras porque, sencillamente, no sabían estar.)

El encuentro de hoy

Pues sí, hoy hay un gran acontecimiento deportivo. El enfrentamiento entre Cotto y Canelo por el peso medio del Consejo Mundial de Boxeo en el Mandalay Bay de Las Vegas. Pero el combate es un poco más que eso. Retirado Mayweather y con un pie en la jubilación Paquiao, este acontecimiento decidirá quién es el luchador más digno de enfrentarse al imbatible y sobrehumano GGG Golovkyn.

Cotto (40-4, 33 por KO) es el primer boxeador boricua que ha poseído títulos en cuatro categorías diferentes. Pese a su edad se encuentra en un excelente momento de forma. Después de haber perdido dos combates muy importantes en el 2012 cambió de entrenador y consiguió recuperar un boxeo sobrio, preciso y contundente; dos años después derrotó nada menos que a Maravilla Martínez y a Daniel Geale. Sin embargo, los aficionados necesitan una reivindicación definitiva, un paso más para convencerse de que es un auténtico número uno. Y ésta es la ocasión.

El Canelo Álvarez (45-1-1, 32 por KO), jalisciense bien conocido en este blog, es una estrella reciente (diez años menor que Cotto) que ha demostrado seriedad, entrega y capacidad de ir a más. Es una roca de granito, entra directo y expone un boxeo de una gran franqueza, pero acaso aún le falta trabajar más el juego de piernas y la movilidad.

México, Puerto Rico, América entera y medio mundo paralizados esta noche.

En España no sé qué puñetas dicen de un partidillo de furbó. Típico de un país que se deja dominar por la pacatería, la mendacidad y lo políticamente correcto; sin reciedumbre moral ni respeto a las tradiciones serias.

El Aria

De vez en cuando es necesario esto. El Aria. Es el Aria. Bach. 

La delicadeza de este contrapunto; las suaves tensiones; los ajustes rítmicos; la melodía inefable, emocionante, pero carente de toda afectación… Bueno, no voy a descubrir una pieza archimítica Pero es que hay que escucharla una y otra vez. Hay pocas cosas que son absolutas y para siempre. Y esta es una de ellas. Es un milagro.

De vez en cuando es necesario esto, decía. Ahora necesito esto. Y esta es una de las mejores interpretaciones que he oído (Shelley Katz). Detrás está Glenn Gould, naturalmente.

Más Yihad. Averroes.

Otra espantosa masacre.

Hay cosas que se olvidan o simplemente no se saben. La emergente Yihad islámica es un fenómeno resurgido en el s. XX, pero que hunde sus raíces en ‘teóricos’ muy anteriores. Esto se ignora a menudo en Occidente, pero no así en el mundo islamista, donde siempre ha estado latente la interpretación belicista (e intelectual, tradicional, filosófica) del Corán.

Uno de los ejemplos paradigmáticos es el del eminente filósofo hispano-árabe Averroes (nacido en Córdoba en 1126). Averroes está considerado en círculos académicos como el último gran pensador árabe, nada menos (algunos lo consideran, incluso, como la cima del pensamiento del mundo musulmán). Y de Averroes se ha destacado mucho su aportación a la obra de Aristóteles (sobre todo) y Platón. También son célebres sus escritos científicos y médicos. Especialmente discutida es su visión de la teoría de la doble verdad, de la que aún se sigue hablando en el ámbito filosófico, y a partir de la doble verdad del problema del entendimiento agente único (una única verdad superior), donde se encuentra o se deriva la parte más espinosa y oculta de su pensamiento, y con la cual se podría relacionar una obra aparentemente menor que nunca se ha considerado, pero que para él mismo y sobre todo para el mundo islámico ha sido fundamental: El libro de la Yihad (o del Yihad). Vaya sorpresa... En esta obra el filósofo habla de la obligación de la guerra santa para todo buen musulmán. A lo largo de todo el escrito se va cotejando la doctrina coránica de Mahoma y su consideración de los infieles y “politeístas” (o sea, los cristianos creyentes en Padre , Hijo y Espíritu Santo). En suma, se dice que todo musulmán debe combatir al politeísta cristiano (o cualquiera otro) que no acepte el Islam y su monoteísmo espiritualista puro (con el correspondiente pago, además, de los tributos, impuestos y demás), etc, etc…

Bueno, quizás todo ello queda dormido a lo largo de la historia con la postración islámica y el dominio del imperio otomano; pero resurge en el s. XX a raíz de la descomposición de ese imperio, con la aparición de Los Hermanos Musulmanes en 1928, con la descomunal importancia del petróleo, con la caída (luego) del comunismo real (el imperio soviético fue una barrera fundamental para la proliferación islamista) y, en fin, con la recomposición de los nacionalismos musulmanes interrelacionados.

Si todo un Averroes, monumento aparentemente racionalista, da la base… ¿Qué no hará un fanatizado ayatolá de mezquita con jóvenes ignorantes?  

Poemas al box (VI)

Me miraban con miedo.

En la misma moneda

adulación, desprecio.

Me miraban con miedo…

como a un dios desalmado

cuyo templo es la sangre

y las flores plebeyas

de la vulgaridad.

Ruinas de sepultura hay en mis campos.

Dispusieron de mí

-eran los que sabían-.

Yo no sabía nada;

lo mío era la fiebre,

consumirme en la herida.

Yo fui la bestia arcaica

que se dejó llevar

hasta el nido de cuervos.

Y qué sabía yo

de cantos de sirenas

y sus acantilados.

Parecía tan bello…

Ruinas de sepultura hay en mis ojos.

Las mujeres de sombra,

el vino que era hiel…

Las lágrimas, los besos

confundidos a muerte

sin gloria y con vergüenza.

Yo retengo una bruma

de los días iguales:

la juventud ardiente

barrida por la lluvia.

¿La victoria, la fama…?

Ahora son la pobreza;

la piedra del olvido

sin un nombre que diga.

Ruinas de sepultura; eso es mi alma.