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martes, 31 de enero de 2017
Ese Pascal decantado
Pascal (tengo ya por ahí alguna entrada sobre él referida a la confesión) es una de esas soberbias inteligencias discretas que en su modo de expresión, casi siempre premeditadamente en tonos grises y a veces contradictorio, te pega un fogonazo que es como una revelación. Su inteligencia descriptiva del cristianismo parece a veces natural, pero hay un trabajo de decantación fabuloso. Pascal es un escritor para descreídos que no pueden dejar la religión:
"Está dicho: "Creed en la Iglesia"; pero no está dicho: "Creed en los milagros", debido a que lo último es natural y no lo primero. Lo uno tenía necesidad de precepto, no lo otro."
domingo, 22 de enero de 2017
Parte meteorológico
¿Durante cuánto tiempo vamos a tener que padecer este insidioso y jodido frío luterano que nos confunde la razón?
sábado, 21 de enero de 2017
Decadencia made in USA (corregido)
Los unos y los
otros.
Antes de ver
cómo se maneja en la presidencia el nacional-populista votado mayoritariamente
en USA, muchos ciudadanos se han lanzado a la calle.
He oído a unos
manifestantes decir, literalmente, que “no van a permitir…” esto y aquello
porque “no compartimos sus valores”... Y he visto a otro grupo en cuya bandera americana se observaba la hoz y el martillo.
Ahí están todos
los de la misma familia sin saberlo: los que votan a un demagogo nacionalista y
los que en su contra expresan y exhiben el más manido y siniestro acervo totalitario en
nombre de… ¿la libertad?
lunes, 2 de enero de 2017
... van tres Reyes a adorar
Estamos en
semana de Reyes Magos.
Los Mágoi (o astrólogos orientales
poseedores de una sabiduría secreta) deberían ser interpretados como hombres
sabios trasmutados en reyes, puesto que la Biblia no admitía nada prístino que
se emparentara con las magias ocultas, y la elevación de esos ‘astrólogos’ a la
dignidad real se remonta a una cita de Isaías del Antiguo Testamento (Isaías
60, 3):
“Marcharán las
naciones hacia tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada.”
Luego, tres
versículos más allá, leemos:
“(…) llevarán
incienso y oro, y cantarán alabanzas a Yahvé.”
Del evangelista
Mateo se dedujo que eran tres reyes por el número de regalos: añadió la mirra
al incienso y oro de Isaías. La tradición quiso ver en los regalos los símbolos
de la monarquía (oro), la divinidad (incienso) y la pasión y muerte (mirra) de
Jesucristo. Beda el Venerable
consideró a los reyes como
representantes de Europa, Asia y África. Eso los reafirmó.
En cuanto a la
estrella, ha corrido un montón de literatura astrológica sobre conjunciones de
estrellas y apariciones de cometas con sus correspondientes representaciones y
simbologías. Si nos acogemos a la Biblia topamos con el ‘desviado’ (por, en principio, enemigo) adivino oracular -más que profeta- mesopotámico Balaam, de la época de Moisés, que habla
en el Libro de los Números de una
estrella que saldrá de la raza judía, y de un cetro que aniquilará a los
enemigos de Israel:
“Lo veo, aunque
no para ahora, lo diviso, pero no de cerca; de Jacob avanza una estrella, un
cetro surge de Israel.”
Y posteriormente,
la interpretación popular de ese versículo de Números habla de forma directa de los conceptos de rey y de mesías
refiriéndose a una personificación de la estrella.
Entre muchos
judíos del s. II d. C. fue el rebelde contra Roma Simeón ben Kosiba el líder liberador
-supuesto- que mereció el apelativo de Bar
Kokhba, o sea, ‘Hijo de la Estrella’.
El final (22:
16) del libro de la Revelación o Apocalipsis evangélico nos dice que
Jesús se proclama “aster ó lamprós ó
proinós”: “Estrella resplandeciente de la mañana.”
Bien, y vamos a
dejar uno de los villancicos polifónicos más refinados que se hayan escrito
sobre la adoración de los reyes. Obra en música –a cinco voces imitativas
trenzándose unas con otras en un tapiz magistral- y letra (preciosa) del gran Francisco
Guerrero: “A un niño llorando al hielo…”
(¿Quién es el
necio que quiere sustituir la rica tradición de los reyes por la del chusco
papá Noel?)
domingo, 1 de enero de 2017
'Eso'... en el año nuevo
Venga, venga, vamos a cantarle a la superstición de los años nuevos y viejos lo que se merece con Guillermito Álvarez Guedes:
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