Ser esclavo de
esta música.
Sólo la fuerza,
la violencia y
el dolor.
Extraño y
adictivo amor,
que pocos saben
su belleza.
Golpear y ser
herido.
¿Pero no lo
entendéis?...
Para aceptar la
muerte.
Para aceptar la
muerte.
No quiero que me
vivan.
Me miráis
seguros, protegidos,
Y lloráis mi
caída.
Dejad pudrir el
nenúfar
en el agua del
tiempo.
Dejad morir el
alma si queréis.
¿Es vuestra?
Enhorabuena.
Estar orgullosos
de regar espinas.
Morid. Muramos
pues.
¿Oís la muerte
en vuestro yo?...
Pero aquí está
el destructor
de las identidades.
La mía sangra
como el último
alba del mundo.
Miradla. Miradla
de verdad.
Se derrama
generosa
en vuestros
ojos.
Aceptad el
regalo si sabéis.