Translate

domingo, 19 de mayo de 2013

Eurovisión. Del disimulo del horror a la pachanga.

 
Empezamos por la pachanga. Es ilustrativo comprobar cómo un grupo conocido de música ligera que vende decenas de miles de copias en su país desafina todas y cada una de las notas que canta en directo en un celebérrimo festival europeo. (El grupo español no fue el único, muchos desafinan cuando no les tapan con un playback o con un sintetizador de distorsiones.) Es el resultado de la mentalidad “operación triunfo” y su dominio (dominio esperemos que temporal; aunque en España con el trabajo que ha hecho la LOGSE y las diversas reformas educativas de los últimos 25 años es difícil decirlo).

Eurovisión fue un bibelot hortera y glamuroso que se inventó la clase pudiente europea como regalo a la clase media y trabajadora para ayudar a olvidar las heridas de la II Guerra Mundial y los odios y desconfianzas entre países occidentales.
Las canciones de los primeros años eran excelentes en su delicadeza y ejecución; había orquesta en directo con 50 o 60 profesores y cada país aportaba, además de unos cantantes perfectamente solventes (y es que muchos cantaban muy bien), un director de orquesta (arreglista) tipo Franck Pourcel (¿quién no recuerda en España a Rafael Ibarbia, Augusto Algueró o Juan Carlos Calderón?...)
Pero lo más interesante de Eurovisión es que alguna vez, alguna rarísima vez, se colaba una interpretación verdaderamente sorprendente. Una canción que, en la forma, encajaba perfectamente en los parámetros eurovisivos, pero que en el fondo era una mina sumergida dirigida al delicado subconsciente europeo para hacerlo estallar en mil pedazos. Fue el caso de La Source, de Isabelle Aubret. Una exquisita cursilería de deliciosa hechura festivalera que, sin embargo, arrojaba una letra que volvía a poner en recuerdo la espantosa, incomprensible e insoportable realidad del genocidio europeo reciente. Fue en 1968. Nunca el Mayo francés hubiera soñado golpear de esa manera a las acomodadas conciencias europeas.
Aquí La Source:


1 comentario:

  1. " De aquellos polvos, estos lodos ". Que rico, acertado y variado es el refranero español;del cual no me canso nunca de echarle mano.
    " En el fondo del saco siempre se encuentran las migas ".
    Toda manifestación artística o cultural , siempre refleja algo del estado del intelecto medio del país.
    Después de las diferentes reformas educativas que bien citas , las " Operaciones Fracaso ", los "pequeños hermanos"y los " no me salves , que me quede así " solo nos queda el fracaso escolar y......la pachanga. Esta claro que ,una masa medio analfabeta y poco culta siempre es mas manipulable je,je.

    ResponderEliminar