El líder del partido Podemos ha regalado a Obama un libro
sobre la Brigada Lincoln (en realidad era un batallón, no una brigada) y le ha echado unas líneas de su puño y letra. En esta
‘dedicatoria’ hay una petición que chirría; cuando dice: “trasmita al pueblo
americano la gratitud de los demócratas españoles…”
Los hechos y peripecias de las Brigadas
Internacionales están hoy muy estudiados y se sabe de las angustias y miserias
que pasaron y cómo fueron utilizados como carne de cañón cuando no directamente
ajusticiados por los mandos a las órdenes del komintern controlado por Moscú.
Pero ahora sólo voy a reproducir parte de un documento que viene al pelo en
cuanto a la romántica dedicatoria de Iglesias a Obama. Se trata de dos cartas
dirigidas por el escritor y miembro de la brigada Lincoln William Herrick al
mítico corresponsal y posterior autor de la documentadísima y monumental La Guerra Civil española. Revolución y
contrarrevolución, Burnett Bollotten:
“Cuando fui a España no tenía ninguna fe
en la democracia burguesa; para mí la línea del partido sobre la democracia
sólo era una táctica, una maniobra, que, como esperábamos todos nosotros, debía
llevar al poder al Partido Comunista. Todos los voluntarios americanos que yo
conocía, excepto quizás uno o dos, creían como yo que en el Frente Popular el
lema de la democracia era meramente una estrategia que ayudaría al Partido
Comunista a tomar el poder…”
Y atención a esta afirmación que sigue:
“Los veteranos de la Brigada Abraham
Lincoln han estado mintiendo sobre esto durante casi cincuenta años.”
Son cartas de enero y febrero de 1986. En
un escrito del propio Herrik, fechado en junio del mismo año leemos:
“(…) casi todos mis camaradas de las
brigadas internacionales eran leninistas y estalinistas (…) Aparentemente
debíamos más lealtad al Partido Comunista y a José Stalin que a nuestros
ideales.”
Por tanto, cuando le escribe Iglesias al
presidente yanqui “gratitud de los demócratas españoles” hay un exceso de
interpretación: primero por falta de conocimientos históricos, luego por
arrogancia en apropiación de voces.
Anorantes.
ResponderEliminarDemócratas en los 30. Chaves Nogales y cuatro más.
ResponderEliminarLo cierto es que la República tuvo mala suerte hasta en esto: advenir justo en la década más puñeteramente totalitaria y asfixiante de los últimos dos siglos.
ResponderEliminarY muchos de los que eran demócratas callaron y se entregaron a un extremismo o a otro, simplemente para salvar el pellejo.
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