Translate

viernes, 9 de junio de 2017

El gran Telemann


Telemann es inmenso, prolífico, inabarcable.  Podría uno pasarse la vida escuchando su música y no sería suficiente para conocerla toda. Y toda es de una calidad superior. Telemann mantiene un nivel elevadísimo a lo largo y ancho de su oceánica producción. Su dominio de las fórmulas barrocas y la fluidez de su escritura nos ha legado una obra elegante, sin mácula ni aristas, pero quizá por ello mismo un poco indiferenciada y falta de carácter. Esto no es un demérito. Son miles de piezas con todas las combinaciones posibles.  A pesar de ello, de vez en cuando, nos sorprende con una elevación que va más allá de su perfecta rutina. Es el momento de nobleza-Telemann. La inspiración que vuela por encima de un oficio impecable. Y no se puede pedir más a un músico barroco. Es cuando ocurre esto… el movimiento lento de trompeta más bello de todos los tiempos (las versiones del viejo minero Maurice André con sus trompetillas barrocas de feria, a cuál más pequeña, me parecen todavía insuperables por tempo, afinación y timbre):






No hay comentarios:

Publicar un comentario