Veo una
manifestación “unitaria” donde se observa lo deshecho y desunido que está el
país por acción, especialmente, de esos ‘pacifistas’ de dirección única tan
vinculados a los independentistas que se quieren adueñar del evento. Esos que
llevan pancartas acusatorias contra ex presidentes españoles, contra el
Gobierno, etc… ¿Cómo es posible? No veo nada contra los asesinos, contra el
ISIS, contra los criminales que los apoyan o los que los justifican, contra el
fanatismo religioso islamista, contra el silencio de su población. Asco, asco
de una política catalana que ha fomentado el cáncer traducido en degeneración
mental que padece una buena parte de su sociedad. Vergüenza y rabia por no ver
el homenaje que merecían los niños, mujeres y hombres que mataron los
representantes del Islam integrista.
Y uno se
pregunta… ¿Si algún día asesinaran a las familias de los manifestantes
portadores de esas pancartas, también saldrían mirando hacia otro lado y
aprovecharían la tragedia para hacer patria y fomentar, con su paz, la
estulticia y el rechazo hacia España?
Esta infeliz Barcelona
arrodillada: “¿No tinc por?”.
Vergüenza. Claro que tiene miedo, y debe
tenerlo… pero lo que no tiene es coraje. Y muestra, ay, otra vez, poco más que
delirio e ignorancia. Como la portada de su (supuesta) revista satírica El Jueves. Pobres. Compárenla con la de Charlie Hebdo y verán la diferencia
entre denuncia satírica y hacer el ridículo.
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