El imprescindible Chaves Nogales -por
si alguien lo ha olvidado, republicano de pro- publicó en el periódico Ahora (8-III-1936) un artículo sobre el
Parlamento de Cataluña y los que lo poblaban lo siguiente:
“(…) La cosa es
sencilla. Los parlamentarios catalanes son malos, notoriamente inferiores a su
edificio. (…) En los primeros momentos del régimen autonómico se improvisaron
unos diputados para cubrir aquella necesidad de Parlamento que Cataluña sentía.
Aquellos buenos hombres, a los que tan mal caía la toga del legislador, debían
haber sido sustituidos una vez pasado el apuro del primer momento. Tal vez está
ya más granada la cosecha. Todos los catalanes parecen dar la impresión de que
así debe ser. No será así, sin embargo. (…) ¿Quién convence a ochenta y tantos
señores de que son absolutamente superfluos? (…) Los ciudadanos catalanes
seguirán teniendo durante mucho tiempo unos parlamentarios de cuyos talentos poco o nada
esperan y que ni siquiera cumplen la misión puramente decorativa de poblar con
la dignidad que merecía este gran palacio que les han atribuido.”
Sí, la Historia,
incluso con sus entretelas y mimbres, se suele repetir, ya saben, primero como
tragedia y luego como comedia.
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