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viernes, 27 de marzo de 2020

Y de pronto… la realidad.



Cuando irrumpe esa bestia que podemos llamar vida, realidad, realidad de la vida… se desvanecen rápido todos los fantasmas y relatos que nos construimos para engañarnos, y no digamos los relatos ideológicos de última hora que se inventan los partidos y grupos adláteres que viven de fantasías y manipulaciones.
Por ejemplo; la aparición de un virus con el que se han desconcertado todos los poderes políticos parece que ha eliminado de un plumazo la imposición de la lengua de género. Un partido que se metió en el poder (a pesar de sus relativamente escasos electores) hablando siempre en femenino quiso dar muy serio un mensaje general en plena crisis sanitaria con el lema “Este virus lo pararemos unidos.” Ya no son “Unidas podemos”. 
El principio de realidad no admite zarandanjas. 
“Mire mi señor don Quijote que no son gigantes, sino molinos…”
Por eso El Quijote sigue siendo la obra de ficción más importante para la vida real. 

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