Ayer, el Canelo Álvarez ganó a GGG Golovkin por puntos. Una decisión en verdad polémica pues la pelea fue una de las más cerradas que se han visto últimamente.
En cualquier caso, lo que quedó claro después del combate fueron dos cosas: el cambio de estrategia del luchador mexicano frente al imbatible kazajo y el peso de la edad de este último.
Canelo se plantó a dos palmos del rostro del campeón y de allí no se movió en todo el combate. Eso desconcertó a GGG porque no pudo desarrollar su típica estrategia progresiva de acoso hoplita. El mexicano luchó, ciertamente, como han entendido los grandes clásicos mejicanos, plantando la cara y entrando sin rodeos por el camino más corto. Los dos golpearon por igual, tal vez algo más Golovkin, quien, a pesar de sus ya 37 años, y visiblemente ahogado por los golpes al cuerpo del mexica, presentó hasta el final un buen combate.
Lo más justo hubiera sido un empate.
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