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viernes, 8 de febrero de 2013

Parténope






El palacio Donn Anna y el cementerio delle Fontanelle. Sólo estos dos lugares (como podrían ser otros mil más) nos muestran la singularidad de la vieja Parténope, luego Neópolis, luego Nápoles.

Nápoles. La gran ciudad más vieja de Europa. La más mimada y admirada; la más machacada, destruida y humillada. La ciudad mefítica, la más mortal. Ciudad dejada, abandonada y descuidada. Y la ciudad más bella, refinada, observada y deseada. La ciudad más vital de Europa (vital de vida de los hombres, no del dinero).
La ciudad que más cicatrices conserva de todas las épocas, desde el mundo arcaico hasta hoy. Polis refractaria a todas las modernidades que se instalan, extrañas, en ella. La ciudad de todos los vicios y castigos. La ciudad memoriosa. La ciudad de los cultos ancestrales. Cultísima por vocación, brutal por fatalidad.
Corte, prostíbulo, laberinto y sueño. Luz, catacumba, cielo y misterio. Perdición de hombres y envidia de dioses. 

El susodicho palacio representa en su compleja y recosida piel el paso de la vida de los hombres, con sus gustos, sus vanidades, sus carencias, excesos y miserias. Sus necesidades. Toda una huella impúdica en su destino de esplendor y dejadez. Pasiones que petrifica el tiempo. Siempre lleno su interior de vida: vivienda de aristócratas, salón de decadentes, piso de familia, refugio de amantes, claustro de suicidas, paraíso de anacoretas, lujo que ambiciona el diseño moderno...

El cementerio, excavado en la roca en inmensos espacios como templo pagano simboliza toda la vida de la muerte de Nápoles. Está lleno de calaveras anónimas. Miles, millones. Los napolitanos adoptan los cráneos como gesto propiciatorio. Los limpian y pulen. Viven con los muertos. La superficie y el subsuelo de Nápoles en unión íntima. Los pobres muertos de Nápoles y los pobres vivos de Nápoles.

Curzio Malaparte, un gran enfermo de Nápoles, escribió en su libro La piel (La pelle), en un pasaje en el que habla con un satisfecho oficial norteamericano durante la II Guerra Mundial:

"(...) Nápoles es la ciudad más misteriosa de Europa, es la única ciudad del mundo antiguo que no ha perecido como Ilión, como Nínive, como Babilonia. Es la única ciudad del mundo que no se ha sumergido en el cruel naufragio de la civilización antigua. Nápoles es una Pompeya que no ha sido sepultada. No es una ciudad, es un mundo. El mundo antiguo, precristiano, conservado intacto en la superficie de un mundo moderno. No podíais escoger un lugar más peligroso que Nápoles para desembarcar en Europa. Vuestros carros blindados corren el peligro de hundirse en el cieno negro de la antigüedad como en arenas movedizas. Si hubieseis desembarcado en Bélgica, en Holanda, en Dinamarca o en la misma Francia, vuestro espíritu científico, vuestra técnica, vuestra inmensa riqueza de medios materiales os habría dado la victoria, no sólo sobre los alemanes, sino sobre el mismo espíritu europeo, sobre esa otra Europa de la cual Nápoles es la misteriosa imagen, el desnudo espectro.
Pero aquí, en Nápoles, vuestros carros blindados, vuestros cañones, vuestros automóviles hacen sonreír. Chatarra. (...) No podéis comprender Nápoles, no lo comprenderéis nunca." 

9 comentarios:

  1. Diego Armando Maradona9 de febrero de 2013, 10:59

    Es muy divertido el pasaje que Azúa dedica a Nápoles en La maldición de Caín. La guerra de los "motorini" y todo aquello.

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  2. Sí, es un espectáculo circense ver a familias enteras montadas en motorinos de esos (y sin cascos, naturalmente). Pero no sé si Azúa quería componer una parábola del caos o es que se vio desbordado por la ciudad y se obnubiló con el movimiento.

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  3. Superintendente Vicente11 de febrero de 2013, 1:33

    ¡Ah!, qué cosas pasaban en La Camarga...

    http://www.vozbcn.com/2013/02/11/138069/camacho-jordipf-espiadas-2010/

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  4. Caramba, gracias por estar al quite, en cualquier sitio te meten hoy día un micro. Ahora comprendo esos excesivos faldones de los manteles. Afortunadamente, ya no vamos tras el despido repentino de sus mejores profesionales.

    (Vaya, me entero de que ha muerto Eugenio Trías.)

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  5. Nápoles es hermosa y decadente, se merece este post tan hermoso y recargado. Y la Bersagliera... Qué recuerdos, en fin.

    ¡Ostras! Vaya con los micros en La Camarga, nosotros éramos camarguistas, ahora somos anticamarguistas por el despido de los 10 empleados (entre camareros y cocineros) más veteranos y experimentados del restaurante para contratar a cambio a 14 a los que supongo que pagan una miseria. Qué vergüenza.

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  6. Hola soy Ciro Teodonno, soy profe de español en la provincia de Nápoles. He traducido el texto Parténope al italiano y me gustaría también usarlo en aula, ¿es posible saber quién es el autor? Gracias

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  7. Creo sea de Curzio Malaparte, he investigado y tendría que llegar de su "La pelle", libro de1949. ¿Te acuerdas el capítulo por favor?

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  8. Sé que es tarde, pero no había visto tus intervenciones. Claro, lo digo en el texto, es "La pelle" (La Piel), de Curzio Malaparte. Está poco antes del final del capítulo primero ("La peste").
    Saludos (por si ves esto, que lo dudo).

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  9. (Y te aclaro que el resto del artículo es mío; lo de Malaparte es sólo lo entrecomillado, claro está.)

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