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jueves, 11 de abril de 2013

Oligofrenia, ¿enfermedad infantil de la izquierda actual?



Sí, la pregunta del título parafrasea la famosa obra de Lenin La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, en la cual básicamente se critica la rígida incapacidad del izquierdismo para adaptarse a las circunstancias y prosperar políticamente.
Hoy... ¿se ha convertido esa incapacidad en debacle mental y oligofrenia?

Lo digo porque... ¿es que no descansan de decir y hacer bobadas?:
Cuatro recientes notas de prensa que he leído por casualidad en sólo dos días:

1ª-“Alternativa Galega de Esquerda y el Bloque Nacionalista Galego [esquerdoso también, según dice] se niegan a recordar el Holocausto nazi desde el Parlamento de Galicia”.
(Hombre, claro, ya está bien de aguar la sagrada fiesta “nacionalista-progresista” [sic] recordando el exterminio sistemático de judíos por parte del nacionalismo-socialista alemán. ¡Y con lo malos que se han vuelto hoy los judíos, caramba! ¿Sólo hoy…?)

2ª-El portavoz de Izquierda Plural dice que:… “Rodear y gritar a alguien [en masa, además, y en la mismísima puerta de su casa] no es violencia”.
(Aquí se presume aquello de que el pueblo unido jamás será vencido… sobre todo si las masas populares indignadas -de izquierdas y plurales, claro- cargadas de razón pillan una familia indefensa de esas malas -como los judíos, vamos- en el portal de su vivienda.)

3ª-En un homenaje al mandamás venezolano Chávez desde una sede de CC.OO se dijo que:… “En España no saldrán tantos a la calle cuando mueran los presidentes de nuestra democracia.”
(Todavía no se han enterado éstos de que las democracias han ido acabando con las viejas adoraciones, santificaciones y coros de plañideras a líderes políticos. Señores, a ver… que después de la muerte de Franco ya no ha habido en este país, afortunadamente, manifestaciones masivas en las que se llora a los supuestos guías de pueblos e ideólogos redentores de la humanidad -entiéndase dictadores-. [Por cierto, que con los santos de verdad siempre se fue muchísimo más discretos.])

4ª-Un dirigente de Juventudes Socialistas -parece que secretario de una cosa que se llama, válganos el cielo, Programas e Ideas- pone en entredicho la labor de Cáritas en su ayuda directa a los pobres.
(Se supone que hay libertad si se quiere aportar dinero del propio bolsillo para el necesitado o arrimar el hombro y echar una mano; pero ahora la izquierda juventona quisiera estigmatizar eso para quedarse el dinero y hacer reparticiones en arreglo a 'su' justicia -¿preferentemente entre los pobres sumisos a su ideología?-. Y es que… mirar a un pobre real a la cara y ya no digamos tocarlo da como asquico, ¿verdad, lumbrera programática?)
...

No sé. Parece ser que la estulticia política tiene muchos matices, pero todos estos pequeños casos van formando una sola figura poliédrica que muestra la sensibilidad (o sea, la inteligencia) de ese resto de constructo aún llamado “izquierda”.
En esta izquierda actual de la permanente responsabilidad ajena de los males y el fracaso propios hay una curiosa sintonía en la grosería del pensamiento, en la soez explicitud de la chabacanería moral, en la superficial satisfacción que da creerse representante de mayorías ofendidas y mandataria de una delirante idea de Humanidad.
¿Es que además de ir perdiendo el significado político 'esta' izquierda va a perder también lo que le quedaba de activo ético a la izquierda?
Tal vez sea verdad que toda esta izquierda divagante sea la pobre suma de las sucesivas caídas de la antigua izquierda definida.

1 comentario:

  1. Pues tienes toda la razón, ya no hay izquierda ni nada, sólo estupidez e intolerancia.

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