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sábado, 9 de noviembre de 2013

Grandeza. F.J. Haydn (I).


Si, como dijo Thomas Mann en su Doctor Faustus por boca de Adrian Leverkühn, el Clasicismo musical es grandeza, F.J. Haydn sería el representante más puro de esa grandeza. Digo “puro” entendiendo el concepto no como la perfección satisfecha, sino más bien como una energía particular que ha conseguido un estado de exposición exacta. La música de Haydn es el estado de esa energía mostrando claridad de ideas y profundo orden interno. Ningún otro compositor, aparte de Bach a su manera, ha revelado nunca ese tipo de compromiso formal.

La compleja mente de Haydn se ve obligada a ejercer un constante control sobre la expresión para que en ningún instante se pierda, por exceso, esa fabulosa energía de la que es capaz. Despojamiento.
Su orden geométrico y su simetría (muchas veces alterada por mor de la diversión) se desenvuelven con tal necesidad armónica, contrapuntística e instrumental (las sonoridades y tejidos tímbricos son absolutamente únicos hasta hoy) que sin que nos demos cuenta nos llevan en volandas sobre suaves andantes de ritmos pulsátiles a extremos emocionales inesperados.
Y tal llega a ser su objetividad que podríamos decir, siguiendo a Stravinsky, que es el músico del tiempo ontológico real, esto es, que su música permanece, se desarrolla y quiere encajarse en lo estable del ‘tiempo auténtico’. El tiempo de una inteligencia reflexiva que busca sus límites en la transparencia del aquí y ahora.

A menudo se ponía a prueba comprobando las posibilidades de realización de un material sonoro casi siempre encantador, pero selectivamente parco, ingenuo, evidente, a veces pobre. Su energía no necesitaba más. Y ese material lo desarrolla y combina entre la seriedad y la ironía, facultad que le distancia del ‘yo’ creador mediante un sutil juego de alusiones, hasta que decide llegar, quizás por un momento y no de forma definitiva (con Haydn ‘nunca se sabe’), a un estado de franqueza paralelo al tañido de una campana en un amanecer de primavera. Es ahí cuando el discurso del yo creador se encuentra con la objetividad.
Es una gracia poco común en un compositor. Tal vez por eso la extrañeza o distancia que puede provocar su música. De hecho, nunca seduce con artimañas, nunca adula al oyente o le pone las cosas fáciles; sólo le invita a entrar en su juego. Un juego musical para adultos serios con ganas de divertirse.

Un pequeño ejemplo de su sabiduría, entre otros cientos, se puede encontrar en este tercer movimiento (Adagio cantabile) en mi bemol mayor de la Sinfonía nº 68 en si bemol mayor.
Aquí, el efecto reloj tan haydiniano del acompañamiento, capricho obsesivo que estalla en intervalos irregulares, se acaba fundiendo con una melodía de los violines que empieza insinuándose irónica y sutil y se libera luego como expansión áulica de innegable nobleza. El adagio entonces se transforma en un andante irresistible hasta que vuelve al primer tema transfigurado para llevarnos otra vez al bello tutti. El finale-presto en 2/4, danza campesina despachada con un brío percutivo casi brutal entre el rondó y la variación, nos depara una humorada final absolutamente deliciosa.
La naturalidad y espontánea vitalidad que transmite esta música es resultado de un complejo, constante y esforzado decantamiento compositivo que dio, al fin, con ese ‘estilo’ que definíamos antes como grandeza. 


6 comentarios:

  1. Oye, ahora he visto el (I). ¿Es una serie sobre Haydn? ¡Bien, bieeeeen!

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  2. Bueno, el 'uno' lo he añadido hoy. Me gustaría ir dejando cosas de Haydn. Ya veremos.
    (Por otra parte, a veces cambio y enmiendo alguna cosa, por pequeña que sea, de alguna entrada pasada. En realidad siempre están vivas, nunca cerradas. Y si nadie lo ve, ya sabes, "Dios lo ve".)
    Ah, gracias.

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  3. No hace ni dos horas estaba yo modificando algún "apunte" de un post de septiembre..

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  4. Exquisito gusto musical amigo. Si el ( I ) significa el comienzo de una saga; bienvenida sea.Tenemos horas y horas aseguradas de inmenso deleite musical a cargo del gran Haydn acompañados de tus comentarios -analisis siempre concretos y enriquecedores.Felicidades por esta saga.
    ¡¡ Esperamos más!!

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    1. Gracias, Josep; y más viniendo de un músico de primera como tú. Bueno, lo de la saga... ojalá. No hay mucho tiempo, ya veremos.
      Saludos

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