Yo soy una realidad del
flamenco.
Para que un hombre tan
absolutamente falto de afectación diga algo así hace falta mucha convicción. Él
era la convicción de la guitarra.
Cómo no recordar la facilidad
de Paco de Lucía para tocar todos los palos del flamenco con la claridad y
fluidez de un genio distante.
Esa condición superior le
permitió fundir y llevar a una expresión más precisa toda la guitarra flamenca
del pasado.
Fue el guitarrista flamenco
que pensaba con las manos.
El fulgor de estas bulerías:
¡Ostras, con el pelo corto! ¿Estaría haciendo la mili...?
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