La enfermedad de
Alejandro y las dudas sobre la fidelidad de Filipo y su remedio que resuelve el
conquistador al punto. (Aunque esa confianza ciega no iba a durar siempre con
todos sus generales.):
“(…) Alejandro
desciende hacia Cilicia y se acerca a Tarso. (…) Ocurrió que contrajo unas
fuertes fiebres que le provocaron convulsiones e insomnio después de haberse
bañado (sudoroso y acalorado como estaba) durante un rato en el río Cidno,
cuyas aguas fluyen puras y frías por medio de la ciudad (…). Los médicos
creyeron que Alejandro no sobreviviría, aunque Filipo, un médico acarnanio que
gozaba de fama de entendido en medicina, y que era además de acreditado
comportamiento en el campo de batalla, fue partidario de purgar a Alejandro, el
cual se mostraba plenamente de acuerdo con el tratamiento. Pero ocurrió que
cuando ya le preparaban la copa, le fue entregada a Alejandro una carta de
parte de Parmenión que decía: “Cuídate de Filipo; he oído que ha sido comprado
con el dinero de Darío para darte muerte mediante un brebaje”. Alejandró leyó
la nota con atención y teniéndola aún en la mano cogió la copa de purgante y
dio a leer a Filipo la nota, bebiéndose el purgante a la vez que Filipo leía.
Al poco rato se
hizo evidente que Filipo había acertado plenamente en la prescripción del
remedio. (…) Alejandro dio prueba así a Filipo de ser un amigo que da crédito a
sus amigos. (…) demostrándoles a todos al mismo tiempo su valentía frente a la
muerte.”
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