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domingo, 21 de febrero de 2016

Ignorar, mentir, odiar.



Dice mi amigo Pak, el Kiowa, que le da la impresión de que en la izquierda española sólo queda Félix Ovejero. Sí, tal vez, pero habría que precisar... en la izquierda inteligente; especie que se está extinguiendo a una velocidad espantosa.
A propósito de su estupendo artículo de hoy en el diario “global” (qué cursis, madre mía), en el que alerta sobre fanatizaciones grupales, demagogias populistas, auto-odio y revisionismos groseros, este fragmento:


“(…) Nuestra historia reciente tampoco resulta particularmente indecorosa. Incluso ante pruebas de resistencia muy exigentes. Dudo que Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Francia o Italia hubieran abordado terrorismos del calibre del etarra, con casi un millar de asesinatos y decenas de miles de refugiados, sin estados de excepción, sin una ETA del otro lado y en disposición de llevar a la cárcel a la cúpula de Interior. Por no hablar del comportamiento ciudadano de tantos concejales, fundamentalmente del PP y del PSOE, cuya exacta condición de héroes morales se pudo medir al trasluz de la miseria de quienes callaron o los señalaron.”

Elemental. Certero. Necesario.

1 comentario:

  1. Me refería a una izquierda "intelectual", una que posea una recia lucidez, un robusto sustrato teórico, más allá de los papanatismos al uso. Sí.

    Veo que sigues leyendo el twitter a salto de mata. Creo que voy a ir dejándote mensajes crípticos (para los demás).

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