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sábado, 18 de marzo de 2017

Catalanismo españolista




Después de un montón de años de investigación y reflexión, el historiador Joan Lluís Marfany, profesor en Inglaterra, documenta en el extenso libro Nacionalisme espanyol i catalanitat lo que ya se sabía quizás con menos volumen de pruebas menudas concretas: que el nacionalismo español contemporáneo es una fabricación catalana para justificar el proteccionismo de los diferentes gobiernos de España a una industria (básicamente, el célebre textil catalán) incapaz de competir en igualdad de condiciones con otras europeas.
Ése fue un fenómeno de segunda fase en la fabricación del nacionalismo español. La primera fase la habían encabezado también catalanes después de la guerra de la independencia contra ‘el francés’, donde se forja una conciencia política nacional cifrada enseguida por la constitución liberal de Cádiz. No olvidemos que fue en Gerona donde por primera vez se enarboló la hasta entonces poco conocida bandera rojigualda, una bandera reciente que era básicamente de la marina (v. en este blog Gerona y la bandera española).

Esta idea, extendida y largamente estudiada ahora por Marfany ya había sido expuesta por otros historiadores, claro, pero uno de los autores que más expresivamente la puso en el candelero fue Gabriel Ferrater en las célebres conferencias -transcritas por su hermano Joan- sobre la obra poética de Carles Riba (La poesia de Carles Riba). Ahí es donde decía (traduzco): “(…) el catalanismo fue un movimiento político de determinados frabricantes catalanes que necesitaban modificar el régimen de aranceles del Estado español para poder competir con ventajas ilícitas con los fabricantes ingleses de tejidos. Como eran unos incompetentes y eran incapaces de fabricar buenos tejidos, si no había protección arancelaria eran incapaces de competir. (…) Incluso para montar un movimiento de protección arancelaria se necesitan motivos nobles y románticos y una aureola espiritual que permita hacer propaganda. Pues bien, los escritores catalanes fueron utilizados para armar esta aureola.” Aquí Ferrater se queda en la fase posterior del montaje, o sea en la regionalista. Marfany, que se ha remontado más en el tiempo, desvela el momento anterior, esto es, el del montaje del nacionalismo español.  

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