Una de las promesas más fulgurantes del boxeo mundial es el
superwélter mejicano Saúl Álvarez Barragán, “El Canelo”.
No ha dado tiempo; de la noche a la mañana se ha convertido
en un número uno indiscutible. Es el titular de la WBC y la WBA, entre otros
galardones.
El Canelo es una demostración de que no hace falta ser una
fiera corrupia para ser un gran boxeador.
Tiene cara de niño bueno, es pelirrojo (de ahí su apodo) y
blanquito, y no exhibe un físico excesivamente musculado. Parece que aún está por
hacer.
Pero El Canelo aún no ha perdido un combate en toda su
carrera, que presenta 42 victorias (30 por nocaut) y un empate.
Es un gladiador nato. Practica un boxeo sobrio, eficaz, bien
combinado. Ostenta una pegada demoledora y, sobre todo, siempre se asienta en
el lugar de la verdad, firme a dos palmos de su contrincante, dispuesto a
recibir y atacar.
Es una figura de cuento. Es el niño tumbador de ogros.
"Es el niño tumbador de ogros". ¡Qué bonito!
ResponderEliminar