Hebras perdidas (y
a menudo ocultadas) de la historia.
Durante la
Guerra Civil Española los dos ejércitos enfrentados recurrieron al exterior
para proveerse de armas. Es bien sabido que la República negoció principalmente
con la URSS mientras que los rebeldes de Franco lo hicieron con Alemania e
Italia.
Lo que no se ha
divulgado tanto es que una de las más relevantes figuras políticas nazis de
entonces, el mariscal Hermann Goering, se hizo rico vendiendo armas al ejército
republicano.
Su tapadera fue
Josef Veltjens, que ya había hecho negocios con el golpista general Mola antes
de la guerra, pero su auténtico hombre fuerte fue Prodromos Bodosakis, un empresario
griego muy listo y con pocos escrúpulos amigo del dictador Metaxas. Bodosakis
fue director general de la Sociedad Griega de Pólvora y Cartuchos, grupo con
una importante participación de la alemana Rheinmetall-Borsing, corporación
controlada por Goering. Bodosakis hacía los pedidos a este grupo germano, que
proveía de armas, supuestamente, al ejército griego. Luego, el pirata heleno
fletaba barcos cuyo destino oficial era México. Pero no iban a México, iban a
España. Los principales beneficiarios de las operaciones eran Bodosakis,
Metaxas y, naturalmente, Goering.
Alemania estuvo
vendiendo armas a la República por esta vía desde 1936 y, al menos, hasta el
inicio de 1939. Los franquistas protestaron formalmente al gobierno alemán; pero el mariscalote ni se inmutó.
En realidad,
éste es sólo un episodio más de los muchos rocambolescos que se dieron en el
ámbito del enorme tráfico y negocio de armas a propósito de la Guerra Civil
española.
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