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martes, 8 de septiembre de 2015

Nacionalismo enervante


Y es que aparte de la ilegalidad, la corrupción y la mentira sistemática de los políticos nacionalistas está -y esto no es lo más grave, evidentemente, pero es una de las cosas que más descorazona y acaba enervando-, está, digo, ese comportamiento zafio y siempre falto de gusto, habitualmente pomposo pero corralero y ridículo de que hacen gala allá donde van y hagan lo que hagan.

El gesto noble o sólo elegante les es absolutamente ajeno. Dios nos coja confesados.

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