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sábado, 16 de enero de 2016

"¿Quieres aventarte un jale?"

Los mexicanos siguen manteniendo viva la larga tradición del romance criminal con los narcocorridos, cuyo origen se remonta a los corridos tequileros fronterizos de cuando la Ley Seca norteamericana.
Los narcocorridistas cantan bien y escriben buenas letras. Cuidan la propaganda y les sale el producto. A partir de los años -30 ya se hablaba de drogas en las canciones, y se criticaba el crimen, pero a partir de los -80 la cosa fue cambiando. Los jóvenes siguen estas canciones por cientos de miles; la sentimentalidad y el glamour del mal se va renovando y por eso a muchos críos no les cuesta nada “aventarse un jale” y a partir de ahí seguir a la “plebada que mantiene el tiro arriba”. Tremendo. Qué guerra más difícil para la legalidad. Y para la educación. Y en realidad, todo el mundo sabe que hasta que no se despenalicen las drogas a nivel general la guerra seguirá con toda su brutal insistencia. Lo curioso es que no pocos narcocorridistas mueren asesinados también de la peor manera. En ese mundo nadie está a salvo. Seguramente por eso los grupos más conocidos residen en California, desde donde se va renovando el género.
¿Cómo vivirán esta moda musical las víctimas de los criminales?...

Éste es uno de los más pinches narcocorridos versión heroica (yo diría del nuevo Movimiento alterado) que conozco:


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