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miércoles, 2 de octubre de 2013

El viejo Csontváry


El húngaro Csontváry (Tivadar Kosztka Csontváry), uno de los más excepcionales pintores entre los siglos XIX y XX, se pasó la vida buscando la verdad del espectro místico de los colores solares. “El espectro de Dios”, decía él mismo cuando estaba arrebatado.

Esa búsqueda le hizo romper con el presente artístico de su época (y qué presente) y apartarse de toda moda para entrar en un círculo alucinatorio en el que la realidad eterna de la tierra se transformaba en símbolo de la riqueza divina. Un medieval, sí.

Sus megalómanas bizarrías pictóricas tuvieron su punto culminante en dos de los paisajes más extraordinarios del s. XX: las Ruinas del teatro griego de Taormina y Baalbek.
En la inmensidad de estas telas se transmite su elocuente amor por la antigüedad, una extraña pureza primitiva en la estilización objetual y un sentido del espacio capaz de encajar perfectamente escalas alteradas para componer naturalezas a lo grande. Su pulcro dibujo es respeto por las formas simples y su fabuloso cromatismo grandeza épica de una hipersensibilidad visual prácticamente enfermiza, pero admirablemente decorativa en sus resultados:



7 comentarios:

  1. Uauh, no lo conocía de nada. Me parece delicioso! Voy a volver a clickar en los cuadros, a ver qué tal...

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    1. Es difícil encontrar reproducciones que den una idea real. Estos cuadros miden entre cinco y seis metros de largo. Son una locura.

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  2. ¿Cinco o seis? Y estas fotos, ¿son el cuadro al completo? Es decir, que si lo colgara en "mi loft", ¿tendría de dos a tres metros de atardecer naranja estallándome en los ojos?

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  3. Sí. Tendrías casi seis metros de atardecer.

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  4. No te lo vas a creer. Acaba de pasar la línea de tormentas, y mientras acaba de tronar y relampaguear se empieza a abrir el cielo con una capa de nubes muy altas, y el sol del atardecer (lo estoy viendo ahora) lo ha dejado EXACTAMENTE con el mismo tono anaranjado que el cuadro de arriba de Ctsonváry. Estoy FLIPADÍSIMO.

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  5. Siento habérmelo perdido. Aquí en esta puñetera city se ve poco cielo.

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