Una de las razones para mantener en nuestros programas educativos las generalmente llamadas lenguas muertas podría ser, cuando menos, hacer conscientes a los estudiantes, y de una vez para siempre, de que lo que hablan habitualmente en su vida cotidiana es griego y es latín.
Vamos con el
griego. Vamos, por ejemplo, a una de las expresiones más célebres del Antiguo
Testamento, recordada en su transcripción griega en el evangelio original de
Mateo y repetida en nuestro mundo con frecuencia:
La frase en
griego dice: “ὀφθαλμὸν ἀντὶ ὀφθαλμὸυ καὶ ὀδόντα ἀντὶ ὀδόντος”; que se lee más o
menos: ‘ofthalmón antí ofthalmou kai odonta antí odontos’.
Con un poco de atención, hasta el más despistado adivinará
la frase. ¿Quién no ha ido alguna vez al oftalmólogo a mirarse la vista
(los ojos) o al odontólogo a arreglarse los dientes?...
Sí, se trata de la formulación más exitosa de la Ley del talión:
“Ojo por ojo,
diente por diente”
(Ah… ¿Que la
gente ‘normal’ no dice oftalmólogo ni odontólogo y prefiere decir, en cambio, ‘oculista’
y ‘dentista’? Pues bien, entonces se han pasado del griego al latín: “Oculum
pro oculo et dentem pro dente”.)
No acaben
del todo con las clásicas, hombre.
Pues yo llevo dos días con un tapón en el auditus/ους.
ResponderEliminar"Con el boxeo perseguido por el moralismo socialdemócrata, las madrugadas de combate recorríamos las casas de Madrid con satélite para sintonizar a la buena de Dios cualquier canal que emitiera el espectáculo. Así supimos que se había consolidado otra vez un Régimen." http://salmonetesyanonosquedan.blogspot.com.es/2013/10/el-papel-de-la-movida-historia-de-gente.html
ResponderEliminarSí, es verdad. Volvió la decepción. Todo se iba a hacer falso, desde los espectáculos hasta la enseñanza.
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