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martes, 29 de diciembre de 2015

Con el proletariado: contra el proletariado.



Gombrowicz, con su habitual gracia y sarcástica ligereza, deja meridianamente claro en una de sus entrevistas con Dominique de Roux cómo se puede sentir uno de extrema izquierda y estar por ello necesariamente a favor del capitalismo. De paso, indirectamente abre la reflexión sobre si a cierto izquierdismo populista actual le interesa realmente acabar con las clases pauperizadas o más bien las necesita para mantener sus privilegios:

“(…) ¡O, sí!, estoy con el proletariado, o más bien estoy contra él, puesto que quiero que desaparezca de la faz de la tierra. Sólo que… desaparece más deprisa en los países capitalistas de Occidente. En otros sitios las masas obreras hormiguean como hormigueaban, y no parece que puedan mejorar en un futuro próximo. Me resulta difícil adentrarme en discusiones económicas complicadas, para las que no estoy preparado. Lo que quiero es que se ponga fin a la vergüenza denominada proletariado. Por consiguiente, estoy de parte del sistema que lo hace mejor. Me hallo ligado a los comunistas por un objetivo común, sólo estoy en desacuerdo con ellos respecto de la elección de los métodos. Por eso me defino como de extrema izquierda. Y si llamamos comunista a aquel que desea abolir la explotación de clase, entonces el más temible conservador puede ser considerado un comunista si cree honestamente que una prudente política conservadora sirve mejor a ese fin que las revoluciones ruinosas y crueles.

Esto en cuanto a demostrar la relatividad de la noción de izquierda. (…)”

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