La espantosa zona gris donde los vivos y
los muertos se confunden:
“(…) Con especial fuerza se me grabó en
la memoria la imagen de la destrozada posición, humeante todavía, que recorrí
poco después del ataque. Los centinelas diurnos habían ocupado ya sus puestos,
pero aún no se había limpiado la trinchera. Acá y allá los apostaderos estaban
cubiertos de cadáveres y entre éstos se hallaban ya de pie, detrás del fusil,
los hombres del relevo, cual si hubieran brotado de los cuerpos muertos. La
visión de aquellos grupos producía un pasmo extraño – era como si por un
instante se borrase la diferencia entre la vida y la muerte.”