Alejandro se dirige a Frigia y se planta
en Celenas, la de la famosa fortaleza. Pero su fama le precede y no mueve un
dedo para conseguirla. Así de fácil conquistaba a veces el muchacho. Luego, se
pone en marcha hacia Gordio, donde el célebre nudo:
“Pasó a Frigia, bordeando la laguna
llamada Ascania, en la que la sal cristaliza espontáneamente, sal que usan los
lugareños sin necesidad de emplear la sal marina. Después de cuatro días de
marcha llegó a Celenas. Hay en Celenas una fortaleza muy escarpada cuya
guarnición, a las órdenes del sátrapa de Frigia, la componen mil carios y cien
mercenarios griegos. Enviaron éstos una legación a Alejandro con la noticia de
que le entregarían la plaza si antes no les llegaba a ellos ninguna ayuda en el
día convenido (…). A Alejandro le pareció esto sumamente útil, mucho más que
sitiar esta ciudadela, que era verdaderamente difícil de tomar al asalto. Dejó
como guarnición en Celenas mil quinientos soldados, y aguardando allí diez días
designó como sátrapa de Frigia a Antígono. (…) Él mismo se puso en camino hacia
Gordio.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario