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jueves, 3 de noviembre de 2016

"El hijo de Saúl"



Para la representación visual del Holocausto nazi-alemán, culminación en todos los aspectos de todo genocidio masivo que haya tenido lugar a lo largo de la historia humana, no hay testimonios legítimos y no puede haberlos, como se ha dicho repetidamente. No es posible una ficción sobre ello.
Claude Lanzmann y su Shoah son un cierre definitivo sobre la cuestión. Pero llegó la película húngara El hijo de Saúl y el mismo Lanzmann manifestó: “Hijo de Saúl es lo contrario de La Lista de Schindler. A diferencia de la falacia que ha presentado Spielberg y otros, que no han reflexionado suficientemente sobre la cuestión, Nemes [el director] nunca muestra las cámaras de gas. No ha querido representar el Holocausto, sino la vida de los Sonderkommandos. En la película, la gente corre sin descanso, entre gritos constantes de fondo. La nobleza de Nemes consiste en no habernos querido seducirnos.”
Esto es un sorprendente elogio viniendo de quien viene. La clave está en ese “no ha querido seducirnos”. Toda ficción busca la seducción y en sus momentos más intensos la catarsis. La catarsis puede ser una indignidad cuando toca temas como el Holocausto nazi-alemán. La descarga emocional, el llanto, la purificación, al fin. No, no cabe semejante cosa.
Lanzmann acaba diciendo: “A Nemes no se le puede reprochar casi nada.”


Ese “casi”… Porque yo creo que sí hay algo reprochable: un final que en los últimos tres o cuatro minutos abandona la severa forma cinematográfica anterior para abrirse a una suerte de simbólica imagen de esperanza. Lo que durante 140 minutos había sido una aportación digna sobre lo inexpresable, un leve apunte acertado sobre un horror apenas concebible, resulta que no resiste el cierre en ese atisbo de realidad de lo que fue, y va y pone luz. Un sostenido esfuerzo de verdad que se evapora. No, Nemes, no.

1 comentario:

  1. Yo no he visto "El hijo de Saúl" pero, digo yo, esa luz que pone el director al acabar la película ¿no representará el fin del holocausto, la salvación que finalmente llegó (aunque para muchos fuera tarde)?
    Al fin y al cabo aquel horror tuvo su fin, y esa es la luz. En fin, digo yo, yo qué sé...

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