Mientras
vulgares (pero poderosos) políticos de partido y comentaristas (muy respetados)
de tres al cuarto de casi toda España intentaban ponderar las virtudes
políticas del gran timonel de la tribu nacionalista catalana Jordi Pujol, Josep
Pla avisaba clarividente en un apunte publicado en el libro Notes del capvesprol sobre su auténtica
naturaleza (traduzco):
“(…) En un
momento determinado, Josep Vergés, con todo su derecho, vendió Destino a un milhombres de gran
ambición política llamado Jordi Pujol, de la Banca Catalana. Este hombre,
riquísimo, que primero propugnó en este país la implantación del socialismo
sueco -en este país los suecos son escasos- y después ha demostrado tener una
ambición desmesurada y pública propia del típico político ignorante, prohibió
la publicación de un artículo mío sobre Portugal, que ha hecho la revolución
más bestia e ignara de Europa en este siglo. Ante este hecho, tengo el gusto de
comunicarles que abandoné la revista con la máxima satisfacción –la
satisfacción que proviene, en este caso, de la exactitud de mis artículos sobre
este pobre y hoy arruinado país de Portugal, ruina producida por los admiradores
que Jordi Pujol tenía allí (…)”
Vuelvo a
recordar que Josep Pla, el más importante prosista en catalán y el más grande conocedor
de la Cataluña contemporánea, está desterrado de los planes de estudio en
Cataluña.
¿Que no ha
habido y hay censura en Cataluña?... Vinga, no foteu!
"En este país los suecos son escasos" es HAMOR.
ResponderEliminar¿Otra vez Hamor?
ResponderEliminarBueno, es argot tuitero. Es que aquello rejuvenece.
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