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miércoles, 14 de enero de 2015

El final más bello

El final más bello de la historia del cine. My darling Clementine. John Ford.

Un paisaje infinito, rebosante de luz diáfana. La tierra misma. Esa claridad celeste, como la de un paraíso en ciernes. Una mujer y un hombre que podrían ser los primeros de la Creación. La inocencia recia de unos personajes que han sabido preservar un alma inmaculada tras experimentar terribles pruebas vitales. El amor contenido porque saben que cada uno tiene aún que acabar de cumplir con su deber. La promesa incierta de reencuentro sin melancolía. La serena cadencia de toda la escena… Nobleza.


3 comentarios:

  1. Iba a comentar algo pero no puedo soportar tanta belleza. Hasta el polvo, el pequeño rastro de polvo del camino, sobre la tierra y la grava apisonada, el polvo seco y claro, ese polvo es HAMOR.

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  2. ¡Pero bueno! ¿Y el final de The Searchers? ¿Esa pose de John Wayne? ¿La mano sujetando el brazo? No, hombre, el mejor noooooo...

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  3. Éste es mucho más hermoso. El otro tiene la carga simbólica.

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