Adrià (Pep) Puntí ha vuelto a los escenarios a
lo grande.
Conozco bastante
bien las inseguridades profesionales de mi amigo Puntí y por eso es de admirar
la energía creativa que es capaz de desarrollar, durante horas, en un
escenario. Pocas veces el directo de este tipo de música es tan peligroso como
con él. Y es que el secreto de Puntí reside en que siempre está cerca de
arruinar sus conciertos, y alguna vez lo ha hecho, pero cuando le salen bien (como
ayer en el Auditori de Gerona) crea
un clima de seducción que oscila inquietante entre la ternura de un ángel y la
violencia de un animal herido. Y acaba erigiendo un equilibrio en verdad
extraño. Podría parecer curioso cómo sus letras, no pocas de ellas referentes a
su mundo y a su particular espacio vital, crípticas e intransferibles, llegan
al público; pero es que casi siempre son llevadas en volandas por una música
pop-rock ambiciosa, rica, gustosa y trabajada, continuadora de la mejor
tradición de un género que nunca acaba de morir del todo (también hay que decir
que su catalán es bastante más elevado que el de TV3, desde luego). Cuando esa
inseguridad sobre el escenario de la que antes hablaba se transforma en
convicción y apetencia, y se lanza -él solito- a la conquista del auditorio, la
amalgama de interpretación ajustada, teatro gamberro y humor irónico es única.
Con diferencia
abismal es el mejor rockero de Cataluña; pero es que también es uno de los
mejores que hay en toda España.
Gracias, Pep, vuelve y quédate… al menos un buen
rato.
Aquí dejo la
grabación de una de sus mejores canciones (para mí, una de las mejores de todo
el rock español):
Grande Puntí, nos regaló tres horas de un concierto fantástico que empezó titubeante y fue mejorando hasta poner al público de pie dejándonos las manos aplaudiendo. Me encantó.
ResponderEliminarComo dice mi canción favorita de él: mmm, quin fàstic, eeecs, que bo...
Pues esa es la que tienes ahí
ResponderEliminarGracias lucas......for my love
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