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sábado, 9 de agosto de 2014

El arpegiado intemporal. Westhoff.


Estos dos primeros minutos de arpegiado en movimiento perpetuo para violín solo y bajo (popularmente conocidos como Imitatione delle campane) pertenecientes a la Sonata para violín nº 3 en re menor escrita, ¡a finales del s. XVII!, por  Johann Paul von Westhoff, violinista y compositor germano nacido en Dresde en 1656, han sido fuente de inspiración y copia a lo largo y ancho de toda la historia de la música. Empezando por J. S. Bach, quien coincidió aún muy joven con Westhoff en la corte del duque de Sajonia en Weimar y que, sin duda, tomó efectos, dinámicas y concentraciones sonoras de su compatriota para sus geniales sonatas y partitas, y siguiendo con toda la escuela violinística centroeuropea e italiana del barroco para saltar luego al virtuosismo romántico hasta llegar, ¡sobre todo!, al s. XX, y muy especialmente a la música minimalista y repetitiva y, asimismo, a la cinematográfica. En cuántas películas –de misterio, dramáticas, de amor, psicológicas, de acción- hemos oído esta manera de arpegiar el violín proveniente del s. XVII. ¡Pero copiada casi literalmente! Y es que con el transcurrir de los siglos la fórmula se ha convertido en un sonido objetivo e intemporal; en un clásico procedimiento musical para transmitir o expresar inquietud, zozobra, peligro... De muy bella forma, por cierto. Los dos primeros minutos:


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