Melville nos recuerda la mitología originaria que
rodea a la ballena. Historias de monstruos, dioses y héroes. La bella Andrómeda estuvo
encadenada a la espera de que llegara el terrible monstruo marino, al que
algunos llaman aún Ceto, de ahí cetáceo, hasta que Perseo la liberó. Cuando los
romanos llegaron a Jopa o Jaffa, donde se supone que estuvo Andrómeda como
víctima, encontraron un enorme esqueleto de ballena en uno de sus templos
paganos.
¿Y el profeta Jonás? Jonás embarcó
precisamente en Jaffa para huir camino de Tarsis. Pero ya volveremos a Jonás…
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