Esta película vale la pena. Presenta, dentro de una producción elegante y precisa, un montón de
asuntos apasionantes que no machaca con disquisiciones abstrusas o reflexiones
ridículas. Se contiene. Es demasiado simple, se dirá. Bueno, por momentos puede
aparentarlo, pero sugiere sus temas -es una obra de sugerencias- con honestidad
y su guión, a pesar de algún giro abrupto final, es diáfano en consonancia con su
diseño y su puesta en escena. La parcial puerilidad y el gesto extravagante se
agradecen porque asuntos como el alcance de la inteligencia artificial y la
relación entre hombre y máquina no pueden ser reducidos sin fracaso a 80
minutos de un largometraje que se tome demasiado en serio. Aquí se proponen problemas
graves con naturalidad y se manejan mitos densos evitando carga excesiva: sin
ir más lejos, la caverna platónica y el Barbazul
de Perrault. Los límites del saber, el control del mismo, la evolución de la
conciencia (¿qué es eso?), la creación y el inconsciente, la verdad, la bondad,
la curiosidad, la fidelidad, el compromiso, el conocimiento prohibido (¿debe
existir?), los peligros del deseo y el amor, el engaño, el autoengaño… ¿tantas
cosas? Sí, y la amalgama no es del todo espuria. Una de las virtudes de la
película es el ritmo y cadencia de exposición de todo el material. Asimismo,
hay un progresivo énfasis focalizado en paralelo sobre las pasiones de humanos
y máquinas que sin embargo no condena las elevadas ambiciones científicas, como
es tan propio en otras producciones de distopías, utopías y ficciones
tecnológicas.
Por otra parte,
al final, hay sensatez sin grandes pretensiones de originalidad: nadie está a
salvo y las cosas no acaban muy bien, pero nadie es bueno o malo absolutamente.
Si las máquinas tienen un punto de ventaja es porque han aprendido de las
debilidades básicas de los humanos y saben manejarlas. Son sus hijas listas.
¿Imitan o son libres? ¿Dónde está la frontera? Muy acertada la concepción del
bello robot femenino y excelente uno de los actores más pujantes de Hollywood,
Óscar Isaac.
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