Que el protestantismo nació y creció en
parte como contrapeso fideísta al racionalismo lógico de la escolástica
católica es bien sabido, como también es sabido que uno de los caballos de
batalla entre una y otra tendencias cristianas fue la doctrina de la predestinación.
Lo que quizás se ha olvidado un poco más (más de lo normal) es que los más
eficaces defensores del libre arbitrio frente a esa doctrina protestante de la
determinación (predestinación viene a ser eso) fueron los filósofos españoles, especialmente
los de la llamada Escuela de Salamanca. De sus debates y de los escritos
teóricos surgidos de ellos fueron protagonistas y autores, entre otros Suárez,
Vitoria, Covarrubias, Sepúlveda, Mercado, Soto, Azpilcueta, De Molina o De
Mariana (hay muchos más). Ellos fundamentaron un racionalismo moderno y, con
él, lanzaron las primeras ideas de un liberalismo -un liberalismo político y
evidentemente también un liberalismo observado desde la perspectiva económica-
que ha sido erróneamente atribuido en exclusiva a la parte protestante.
En cuanto al terreno económico, si bien
es cierto que la dimensión moral ocupaba un espacio especialmente relevante en las ideas de los estudiosos españoles, son muy importantes sus reflexiones sobre el intercambio comercial,
los precios y salarios, la oferta y la demanda o las relaciones entre el
propietario (empresario) y el trabajador. A todo eso subyacía un entendimiento
del derecho natural que la tradición liberal posterior desarrollará para
rebatir las intervenciones coactivas sobre el mercado no justificadas racionalmente o sobre derecho;
idea especialmente vinculada a Juan de Mariana. Tratados político-económicos
supuestamente abanderados de 'la libertad' de autores posteriores más célebres que aquéllos no
hacían más que inspirarse en su pensamiento, pero tuvieron y tienen mucho más
predicamento. Mal se estudia la historia... especialmente la nuestra.
No hace un mes que estuve ampliando el articulillo del Doctor Navarrus. Fíjate.
ResponderEliminarEs realmente un inmenso berenjenal que todavía se está estudiando… y lo que queda.
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