Hay boxeadores que responden ante lo
inevitable con una sonrisa. Es el caso de Daniel Geale ante Golovkin este
sábado pasado en el MSG de Nueva York
por el título de los medios de la AMB.
El luchador kazajo es una máquina de demolición acelerada y Geale, que
se defendió y respondió como pudo, pronto comprendió que ante la inevitable
derrota (en el tercer asalto) sólo le quedaba la dignidad del buen humor y la
serena entrega. (¡Ese derechazo que impacta en su contrincante y no sólo no le
hace mella, sino que desencadena una contra, ésta sí, definitiva; m 0.21 del
video! ¿Qué se puede hacer ante ese choque con lo fatal; ante esa inmediatez
inesperada de realidad?...) Recordemos a Stubb, el segundo oficial de Pequod,
el cual, en una meditativa guardia nocturna llena de oscuras premoniciones, se
dice a sí mismo:
“(…) No sé qué puede acecharnos; pero sea
lo que sea le haré frente con una sonrisa.”
Y el bueno de Geale, víctima
propiciatoria para mayor gloria de la estrella del momento, Golovkin, fue,
cayó, perdió… y sonrió. ¿Será verdad que en todos los desastres humanos hay
siempre algo cómico? Sonriamos, pues.
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