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miércoles, 9 de julio de 2014

Un verano con Moby Dick (VII)


Los tres primeros oficiales del barco constituyen, aparentemente, una tríada bastante normal dado el exotismo general de la tripulación…

“(…) compuesta principalmente por mestizos, renegados, parias y salvajes.”

Starbuck, el primero; hombre de acción, sereno, taciturno, austero… y temeroso de Dios. Stubb, el segundo; diligente, alegre y casi impasible ante el peligro. Y Flask, pequeño, prosaico pero eficacísimo cazador de ballenas.
Se diría la oficialidad adecuada para llevar a cabo el negocio de la ballena; la que no permitiría ningún desvío que no fuera esa sustantiva empresa. Pero la oscuridad moral de Ahab es una fuerza de atracción que los succiona para malear sus grandes aptitudes en el lado maldito de la forja y así decantar también a la terrible tripulación:

“Tripulación también debilitada moralmente por la incompetencia derivada de la simple virtud aislada de Starbuck, la jovialidad inalterable y la indiferencia y despreocupación de Stubb y la mediocridad irredimible de Flask.”


Melville invierte los términos y los corrompe, y hace de las virtudes de toda la tripulación una enorme debilidad megalomaníaca al servicio de Ahab. La venganza. Como si no hubiera otra empresa más alta en este mundo.

2 comentarios:

  1. ¡Con estos posts, no hace falta leer la novela!

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  2. De eso se trata. ¡Yo soy la novela! (Gracias, pero te has pasao'. Sí, hay que leerla.)

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