Los tres primeros oficiales
del barco constituyen, aparentemente, una tríada bastante normal dado el exotismo
general de la tripulación…
“(…) compuesta principalmente
por mestizos, renegados, parias y salvajes.”
Starbuck, el primero; hombre
de acción, sereno, taciturno, austero… y temeroso de Dios. Stubb, el segundo;
diligente, alegre y casi impasible ante el peligro. Y Flask, pequeño, prosaico
pero eficacísimo cazador de ballenas.
Se diría la oficialidad
adecuada para llevar a cabo el negocio de la ballena; la que no permitiría
ningún desvío que no fuera esa sustantiva empresa. Pero la oscuridad moral de
Ahab es una fuerza de atracción que los succiona para malear sus grandes
aptitudes en el lado maldito de la forja y así decantar también a la terrible tripulación:
“Tripulación también
debilitada moralmente por la incompetencia derivada de la simple virtud aislada
de Starbuck, la jovialidad inalterable y la indiferencia y despreocupación de
Stubb y la mediocridad irredimible de Flask.”
Melville invierte los
términos y los corrompe, y hace de las virtudes de toda la tripulación una
enorme debilidad megalomaníaca al servicio de Ahab. La venganza. Como si no
hubiera otra empresa más alta en este mundo.
¡Con estos posts, no hace falta leer la novela!
ResponderEliminarDe eso se trata. ¡Yo soy la novela! (Gracias, pero te has pasao'. Sí, hay que leerla.)
ResponderEliminar