Tras una introducción en la que describe dos tipologías
fundamentales de intérpretes, Gould resume en pocas palabras el poder
interpretativo de Sviatoslav Richter y la manera de hacer suyas y transfigurar
ciertas obras trascendiendo la relación técnico-mecánica con el piano.
Uno de los casos más notables, según el canadiense, era el de la
sonata en G mayor D. 894 de Schubert, la que parcialmente ilustra este vídeo.
Las sonatas para piano de Schubert dejaron de interpretarse
durante mucho tiempo tras la muerte del compositor. Hasta casi mediados del s.
XX no volvieron a interpretarse regularmente. Entre otras consideraciones había
un problema de sentido. Conseguir la cohesión precisa para otorgar sentido
unitario a las sonatas maduras de Schubert es un problema que sólo los más
grandes resuelven. Sviatoslav Richter fue el que dio la lección, hasta ahora,
definitiva.
En el vídeo, aun momentáneamente, se observa la lentitud
parsimoniosa, premeditada, del ruso y se aprecia ese sonido delicado pero pleno y cargado de reflexiva intención en el que cada acorde se deja resonar y absorbe al siguiente de manera que se despliega, paso a paso, una fascinante perspectiva de
significado musical.
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