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viernes, 7 de diciembre de 2012

Sin esperanza. Las tentaciones de San Antonio.

En la película Las tentaciones de San Tony del director estonio Veiko Ounpuu hay una escena en la que el protagonista, un prosaico San Antonio de ahora (director de una fábrica) superado por un mundo moderno que no le interesa nada, se mete en una vieja iglesia perdida y se encuentra en ella a su anciano y solitario sacerdote. Empieza una conversación muy a lo Bergman que acaba de forma abrupta. Pero lo inesperado llega inmediatamente después, cuando el protagonista sale de la iglesia y el sacerdote se queda solo.
Lo que vemos en ese momento (nada nuevo en sí, puesto que está tomado de una de las novelas fantásticas más populares de la literatura occidental) se revela, repentinamente, como la representación simbólica de un mundo que ha perdido totalmente la fe y ha caído en manos de la desesperanza más desnuda. Una desesperanza aparentemente serena, pero inequívocamente… satánica.
El impacto es considerable.

*Como no he encontrado el fragmento subtitulado, reproduzco la esencia de la conversación antes de ese momento fuerte:
-El Sacerdote habla de la falta de luz y del silencio. Le dice al protagonista que se siente deprimido y que le falla la esperanza porque no siente la presencia de Dios; no tiene, por tanto, nada que ofrecerle.
-St.Tony (el protagonista) le pregunta entonces por la bondad en el mundo y el paraíso.
-El cura se pone sarcástico.
-St. Tony habla de salvación y se interroga sobre si hay algo más después de la vida. Utiliza el término “recompensa”.
-Entonces el cura le responde diciendo que no es más que un vulgar “comerciante” si piensa en esos términos.
-“¿Qué depende de nosotros, si es que hay algo?”, dice St. Tony.
-El mosén le dice que cree en la responsabilidad individual, pero…
-Por último, St. Tony mira al mosén fijamente diciéndole que posiblemente no se entienden.
-El cura se alza y le grita “¿Qué se puede esperar de un director de fábrica?”
-St, Tony se pregunta cómo sabe eso y se inquieta. El ambiente se enrarece y el sacerdote empieza a sufrir una sutil transfiguración. Va hacia él con una mirada negra.
-El cura le recomienda que se vaya si aún quiere salvar su alma. Su última frase viene a decir que ya nada es lo que parece en este mundo.
… Y luego pasa lo que pasa:



3 comentarios:

  1. Fan de Liberty Valance11 de diciembre de 2012, 8:41

    Fuá, es tremendo, da tanto miedo como en la novela. Pero lo primero que me ha dado escalofríos es la mirada de terror de san Antonio, como en "La momia", que lo que da pavor es presenciar el miedo, no el monstruo en sí. Y luego la "normalidad" del demoniodrácula o lo que sea, que me ha recordado "Drácula", que supongo que es la novela a la que te refieres.

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  2. Juas, sólo le falta la boina, y es Pío Baroja remontando la casa pairal de Baztán.

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